Tras las líneas enemigas Se apercibe el humo el humor extranjero En sus trincheras vuelve Geografía inerte Psicología ausente Un sorbo de agua con tierra Y dos más después Tal vez la tierra, tal vez. El sol tal vez.
Se une en dos tempestades, Se siente la onda expansiva Todo domina el cuerpo Todo, menos la sangre chorreante Hombres recios tiritantes Pero el frío no está presente Al menos, NO Más que el fuego y el hambre Y el hombre que yace inerte Y el miedo que va campante Entre el hogar de la muerte.
Entre el soldado y la tierra Tus sueños huelen a sangre Quieres volver a casa Y volveras, eventualmente Envuelto en bandera roja Con un sonido estridente
Cara o sello de decisión ¿Qué colma tus oraciones? Dante no vio a Frédéric nunca Pero se acerca a su vista Perdona que insista ahora con referencias cansinas Pero Clemens en su oficina sigue mirando la hora en que Prudencio Novoa salga a almorzar corriendo porque Ezequiel Anselmo no trajo pastel de mora.
La guerra se da en la selva pero es más fatal en cemento.
Apoya tus manos frías en el escritorio obtuso Que te recuerda a los viajes por los mismos grados comunes entre el lugar de papeles y la forma de tu espalda Despide a tu jefe obtuso con aires de rey-imperio Los monarcas de apariencia merecen saludar el suelo Coloca tus manos frías y prepárate a ver el cielo, desde las tibias cabinas que te llevan a casa en la tarde.
Ya casi termina el día. ¿Lo has tomado en cuenta viajero?
Los hermitaños de oficina juzgan a los que pasan. Juegan a ser banqueros con sus correas en el cuello. Sueñan tomar el mundo con un crédito y finanzas. Usan trajes muy finos pero no tienen dinero.
¿Y de salud como sigues?
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